Amor de pegatina
El otro día, en un momento de domingo muy social, empezamos a hablar, unos colegas y yo, de gente que tenemos en común y de las relaciones amorosas de éstos. De cómo de cara a la galería el mundo es ideal pero de puertas para adentro es un infierno de lo más siniestro.
Es curioso como, debido a las redes sociales podemos llegar a entrar en la vida de las personas. Antes, estaban tus vecinas para recordarte que eres soltera, con un culo más grande de lo normal y acercándote a los cuarenta con más velocidad que un fórmula 1 a la meta. Ahora, esto ya no existe, o al menos a nosotros ya no nos afecta, también cabe decir que las relaciones personales se han extinguido y que el saludo cordial cuando te cruzabas a alguien se ha desvanecido como si de niebla se tratase.
A lo que iba, años a, las familias eran todas y ninguna perfectas. Comprendíamos que era imposible la felicidad constante e infinita. Entendíamos que las parejas discuten, que siempre hay uno más loco que el otro o que simplemente no están hechos el uno para el otro, y a lo que me refiero con esto es que nadie hacía nada para evitar ni negar la evidencia; Que esa pareja no funcionaba y punto.
Y qué pasa ahora, pues ahora somos nosotros los que nos exponemos sin ninguna necesidad; estamos tan obsesionados con demostrarle a 567 desconocidos que nuestra vida es tan preciosa y deseable que no nos damos cuenta de que el extraño que tenemos al lado es simplemente un físico que queda acertadamente bien en las fotografías, que pintar las paredes de blanco, el sillón, los azulejos, las sillas, los marcos de las fotografías, la cocina… y tener la casa acorde al feng-shui es solo una puta historia china que solo queda bien en los vídeos que colgamos porque realmente vivimos en un caos mental terrorífico.
Preferimos continuar idealizando la vida que tenemos en la red social en vez de darle una patada a ese sujeto que no pinta nada con nuestro feng-shui ni su puta madre, y desde luego preferimos seguir en ese estado mental tarado.
Es ridículo, es vergonzoso y está fuera de lugar que nos obliguemos a algo así. ¿Hasta qué punto vamos a llegar? Me da mucha pena que haya gente con la vida tan vacía que tenga que inventarse una para demostrar al mundo que está bien. Querida/o NO ESTÁS BIEN, no lo estás en el momento en el que te contradices.
La frase: “Una imagen vale más que mil palabras” es aplicable a la vida real, no a las fotografías de un álbum de fotos idílico. Hasta la supermodelo más famosa y bonita tiene un mal día. Que ellos tengan que demostrar una vida con continuos éxitos es lógico (teniendo en cuenta que anteriormente ha habido muchos fracasos, por supuesto), son productos de marketing, pero las personas reales no necesitamos hacernos superhombres.
LA REALIDAD SIEMPRE SUPERA A LA FICCIÓN, y no hay nada más bonito como ver caer a uno y que este se levante con la cabeza más alta que antes.
(SIEMPRE HABLO EN GENERAL, OBVIO LA EXISTENCIA DE PERSONAS QUE TOCAN DE PIES AL SUELO Y SIGUEN SALUDANDO A TODO EL VECINDARIO, YO SOY DE ESE TIPO. INCLUSO SOY DE LAS QUE SE INDIGNAN SI UNA SEÑORA LE NIEGA EL SALUDO. DIGO ESTO PARA QUE LO TENGÁIS CLARO).
